¿ACTUA LA MUSICA COMO PLACEBO EN LA TERAPIA DE DOLOR?

Un reciente estudio de la universidad de Utah para probar la eficacia de un nuevo fármaco antidepresivo, mostró que hubo pacientes que respondieron eficazmente al placebo y que tenían, además, una mayor probabilidad de ofrecer una buena respuesta con el fármaco real, en comparación con aquéllos cuya respuesta al placebo había sido nula.

El estudio se efectuó con la técnica de Tomografía de Emisión de Positrones (PET) y se analizó la respuesta del sistema opioide cerebral, particularmente en la parte anterior del cortex cingulado, el núcleo accumbens, la parte medial del tálamo y la amígdala, áreas implicadas en la gestión de las emociones, la regulación del estrés y en los trastornos depresivos. Se observaron los mismos cambios bioquímicos cerebrales ante la respuestas positivas al placebo y al fármaco.

Este estudio me ha recordado el uso de la música como medio de terapia para el dolor. Hay quienes defienden que la música actúa como placebo y que por eso también puede dar respuestas positivas. Pero hay muchas cuestiones que pueden plantearse al respecto. Una de ellas sería la siguiente: si actúa como placebo ¿es negativo? Lo importante, creo, es el resultado final y si disminuye la percepción de dolor debería ser indiferente la “etiqueta” que se utilice para describir el mecanismo de actuación. Si es capaz de movilizar y estimular adecuadamente nuestros sistemas fisiológicos y metabólicos favoreciendo un estado de bienestar ¿no es suficiente?

Hoy en día existe bastante bibliografía que aporta evidencias de los cambios fisiológicos, hormonales, metabólicos y cerebrales ante la exposición musical, ya sea pasiva y/o activa. Un ejemplo es la investigación de Garza y colaboradores (2014) con relación a la fibromialgia. En este caso se resalta la importancia de que la música sea autoelegida, según las preferencias del paciente.

El pasado año, The Lancet publicó una revisión científica de estudios efectuados los últimos 70 años. El estudio realizado por investigadores británicos (universidades Queen Mary y Brunel de London) concluyó que la música puede ayudar a mitigar el dolor y la ansiedad del paciente tras una cirugía, reduciendo además la necesidad de analgésicos. En dicha revisión se evaluaron 72 estudios que en los que habían participado entre 20 y 458 pacientes, totalizando casi un total 7.000 individuos. Los autores del trabajo concluyeron que la música también actúa aun cuando los pacientes estén inconscientes.

El mecanismo que da lugar a una disminución de la percepción de dolor es conocido, tal como se resume en la siguiente diapositiva: diapositiva dolor

Nuestro organismo responde ante el dolor, de forma casi automática, generando sustancias opioides para mitigarlo. Pero, además, éstas también pueden estimularse y la música contribuye al aumento de estas sustancias ayudando, por tanto, a la reducción de la percepción del dolor.

La información nociceptiva de dolor que asciende por el sistema nervioso hasta la corteza cerebral puede ser modulada y, por tanto, mitigada por las vías descendentes procedentes principalmente de las áreas emocionales. La música, como sabemos, tiene un gran efecto en las áreas emocionales.

El dolor no tratado genera ansiedad y la ansiedad genera más dolor. Si reducimos la ansiedad, también mitigaremos el dolor. De nuevo, sabemos y hay evidencias de que la música puede actuar beneficiosamente reduciendo los estados de ansiedad y, por tanto, actuando positivamente ante la reducción de la percepción de dolor.

Jordi A. Jauset, Ph.D

 

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