
15 Jul Detectados circuitos neuronales activos con el sonido que intervienen en la percepción del dolor
Desde hace varios años se sabe que la música (y el sonido) pueden actuar beneficiosamente en la reducción de la percepción de dolor, y se sigue investigando para conocer exactamente las vías y sustratos neuronales que actúan en consecuencia.
Resumiendo algunos estudios, ya citados en anteriores post, recordamos la tesis doctoral del anestesiólogo Dr. Pere Berbel Sánchez, en cuanto a la escucha pasiva de música y la menor demanda de analgésicos en los postoperatorios. También, el efecto positivo de la escucha activa de música preferida siguiendo el pulso musical con el chasquido de los dedos o con el pie.
Otro interesante estudio, aleatorio y ciego, fue publicado en la primavera de 2021, en la revista Cerebrum (Niky Pentilla). En una muestra de 385 personas, sometidas a una operación quirúrgica bajo anestesia, resultó que requerían de menos fármacos calmantes, dos horas después de la intervención, si escuchaban música y frases asertivas durante la misma, mostrando una percepción de dolor inferior (un 25%) a los grupos restantes.
Una reciente investigación en ratones (Zhou et al.), ha identificado determinados circuitos neuronales proyectados desde la corteza auditiva hasta el tálamo que influyen en la percepción de dolor. Se observó que el dolor causado por una inflamación en las patas delanteras y traseras, se atenuaba por el efecto de un ruido blanco (ruido aleatorio que posee la misma densidad espectral de potencia en toda la banda de frecuencias). Cuando se aplicaba a las patas traseras, implicaba proyecciones desde la corteza auditiva a los núcleos talámicos posteriores, mientras que su aplicación en las patas delanteras afectaba a los núcleos ventrales posteriores. Así pues, distintas partes del tálamo estaban involucradas en la percepción del dolor, según fuera su localización física. El nivel del ruido blanco era solamente 5 dB más alto que el ruido de fondo, observándose que a medida que aumentaba su nivel, la percepción de dolor también aumentaba.
Como comprobación, mediante técnicas optogenéticas se inhibieron dichos circuitos neuronales y se consiguió imitar el mismo efecto de analgesia inducida por el ruido blanco. Cuando se activaron de nuevo, se suprimía dicho efecto analgésico. Esta investigación, pues demuestra la existencia (en ratones) de circuitos corticotalámicos subyacentes a la analgesia promovida por el sonido.
Se sabe que la información nociceptiva que asciende por el sistema nervioso hasta la corteza cerebral puede ser modulada y, por tanto, mitigada por las vías descendentes procedentes principalmente de las áreas emocionales, y de ahí la actuación beneficiosa de la música. En esta última investigación (Zhou et al.) con la aplicación de ruido blanco han detectado, en ratones, los circuitos neuronales concretos que intervienen en la percepción de dolor.
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