La repercusión cerebral del aprendizaje musical

El aprendizaje musical es una experiencia motora multisensorial que habitualmente se inicia en edades tempranas. Tocar un instrumento requiere de varias habilidades: la lectura de un sistema simbólico complejo en un tiempo muy reducido (notación musical, la mayoría de las veces en distintas “claves”), su traducción a una actividad bimanual motora secuencial que es retroalimentada por un retorno multisensorial sobre las notas producidas y la emotividad que acompaña a la interpretación.

Aunque no seamos plenamente conscientes la interpretación musical, a diferencia de otras actividades motoras, requiere de una perfecta sincronización de diversas acciones organizadas jerárquicamente junto con un evidente control de la producción tonal. Todo ello implica una dedicación especial de las funciones cognitivas, entre ellas, la atención.

Por ello, no resulta excesivamente extraordinario que los cerebros de los músicos acusen determinados cambios estructurales, de mayor densidad de materia gris, en aquellas áreas cerebrales relacionadas con la producción musical (por ejemplo el área auditiva y/o la motora). Pero sí es sorprendente que se detecten cambios en otras áreas, en principio no directamente relacionadas con las estrictamente musicales, como puede ser el gyrus frontal inferior.

Tales hallazgos sugieren que la plasticidad puede ocurrir bien en aquellas regiones que tienen un control directo sobre las funciones musicales primarias, o en aquéllas que actúan como áreas de integración multimodal para las habilidades musicales, posiblemente, como un mecanismo de mediación o transferencia hacia otras no específicamente musicales.

Un reciente estudio con neuroimágenes midió la actividad cerebral en estado de reposo (sin ejecutar tarea alguna) en músicos, en comparación con no músicos, concluyendo que en los primeros existía un aumento de conectividad en las áreas motoras y multisensoriales. Ello pone de manifiesto la influencia a largo plazo del aprendizaje musical en la conectividad funcional cerebral. Para los músicos, pues, las áreas motoras y multisensoriales están mejor capacitadas para un funcionamiento conjunto lo cual puede repercutir en una mejor predisposición o facilidad de proceso en otros campos no específicamente musicales.

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