Los beneficios del aprendizaje musical

El #cerebro de los #músicos es un ejemplo de #plasticidad cerebral. Si analizamos todas las acciones que se ejecutan durante la interpretación musical posiblemente nos asombraremos: lectura de la partitura musical, traducción e interpretación del código musical, traslación a movimientos motores, planificación de la ejecución futura,…todo ello acompañado de una gran dosis de atención, concentración y, a la vez, emoción. Este conjunto de acciones que parecen tan simples se traducen en millones de sinapsis, sincronización de ambos hemisferios, conexiones neuronales entre áreas corticales y  subcorticales… No hay duda de que el aprendizaje musical es un potente entrenamiento que se traduce en cambios anatómicos y funcionales. Por ello, los neurocientíficos consideran a los cerebros de los músicos como un ejemplo de plasticidad pues es asumido que no existe otro arte que demande tantos recursos cognitivos como la música (Altenmüller, 2008). Las áreas más afectadas, con un aumento de volumen de materia gris, son precisamente aquellas que más demanda solicitan mientras existe el aprendizaje, es decir, el cuerpo calloso, la corteza prefrontal, auditiva  y premotora, el cerebelo, y las áreas asociativas parieto-occipito-temporales (Gaser y Schlaug, 2003).

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