Los pensamientos podrán ser leídos mediante resonancia magnética funcional

Día a día los avances en neurociencia aportan nuevos conocimientos sobre el llamado “órgano rey”, el cerebro. Tanto misterio en apenas 1,3 kg.  pero con cientos de miles de millones de células nerviosas y miles de kilómetros de conexión entre ellas.

Sin embargo, a la vez que aumenta la esperanza en que los nuevos conocimientos permitan frenar o incluso eliminar las temidas enfermedades neurológicas, crece el temor al que Rafael Yuste, catedrático de Ciencias Biológicas y Neurociencia en la universidad de Columbia, viene aludiendo desde hace algunos años: la invasión ética de la intimidad y privacidad.

Los actuales y novedosos desarrollos sobre las interfaces cerebro-ordenador permiten grandes beneficios, hasta ahora impensables, como que un paciente con ELA pueda comunicarse gracias a un sistema auditivo de neurorretroalimentación, o que sea posible enviar un tuit con el pensamiento.

Un equipo de investigación de la Universidad de Texas detalla, en  un artículo científico publicado en bioRxiv,  el desarrollo de un algoritmo que puede ‘leer’ las palabras que una persona está escuchando o pensando sin necesidad de un implante o cirugía invasiva. Hasta la fecha, ya se había logrado reconstruir lenguaje e imágenes a partir de señales procedentes de implantes cerebrales pero este nuevo desarrollo se basa en las  grabaciones cerebrales de los equipos de  resonancia magnética funcional. Es, sin duda alguna, un importante avance que abre nuevas posibilidades para el desarrollo de tecnologías de asistencia para quienes no pueden hablar o teclear. Pero, a su vez, también plantea numerosas preocupaciones éticas sobre la privacidad.

En este sentido, el prestigioso Rafael Yuste aboga para que la Declaración Universal de Derechos Humanos, acoja los Neuroderechos, con el fin de establecer unos límites éticos y jurídicos a la investigación e implantación de adminículos en los cerebros humanos. La ciencia no debería ser utilizada para perjudicar al ser humano, aunque la historia nos demuestra lo contrario.

En este enlace puedes leer la descripción con mayor detalle de las pruebas realizadas con diversas personas, escuchando 16 horas de podcast de diversos contenidos mientras se escanea su cerebro con una resonancia magnética funcional.


 

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