Música y ejercicio físico, una excelente combinación para nuestra salud física y mental

En los últimos años se han multiplicado los estudios sobre los beneficios que aporta la práctica del ejercicio físico, destacando especialmente a los cognitivos al margen de los puramente fisiológicos. En una de mis primeras obras (Sonido, música y espiritualidad, Gaia, 2010) me preguntaba por qué era tan habitual que en empresas multinacionales americanas se practicara el jogging e incluso se aprovechaban para celebrar reuniones de equipos directivos. Mi experiencia me llevó a la conclusión de que era una excelente sesión de brainstorming, pues las ideas y creatividad aumentan notablemente durante el ejercicio.

El incremento de los niveles de factores neurotróficos (proteínas BDNF) que promueven el crecimiento y proliferación de células en el hipocampo, es uno de los beneficios de la práctica aeróbica de ejercicio físico y una de las razones por las cuáles se recomienda, especialmente, en edades adultas. Además, mejora los estados de depresión, ansiedad y estrés.

Pero, aún hay más. Recientes estudios descubren que, si la actividad física se combina con la música, los efectos de dichas actividades son superiores a los que proporciona cada una de ellas por separado. Ambas potencian la neuroplasticidad -creación de nuevas vías de conexiones neuronales- aunque por mecanismos distintos, y su acción sinérgica ofrece mejores resultados que por separado. Obtendrás mejoras en la memoria de trabajo, creatividad, sensación de bienestar, a la vez que mejorarás tu condición física en cuanto a resistencia y será un regalo para tu sistema cardiovascular.

Así que ya lo sabes, si te gusta la música, añade un poco de actividad física y desaparecerá la monotonía de la simple repetición de movimientos. Poco a poco ganarás en flexibilidad y fuerza. Y si te gusta la actividad física, escuchando música, las sesiones se te harán muy cortas.

El eterno dicho de Juvenal “mens sana in corpore sano” está más actual que nunca, pero ahora con evidencias científicas.

Fotografía: Juan Pablo Rodríguez

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