
23 Abr Sinfonía musical en las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI)
Hace unos pocos años, durante mi estancia en el Departamento de Música y Medicina Louis Armstrong del Mount Sinai Beth Israel Center (Nueva York), una de las prácticas que se llevaban a cabo era la sonificación de la UCI, con el fin de que los sonidos musicales se integraran con los pitidos de “alarma” que emitían los equipos que monitorizaban las constantes fisiológicas de los pacientes, para conseguir armonizar el entorno sonoro.
Actualmente existe una cantidad excesiva de alarmas sonoras en las UCI. Tanto es así que los profesionales sanitarios, habituados a ello y por fatiga sonora pueden llegar a ignorarlas, limitando su eficacia. En España, un análisis realizado por el equipo de consultores clínicos de Philips en la UCI del centro médico Teknon de Quirónsalud en Barcelona, reveló que en un periodo inferior a dos meses, los profesionales sanitarios están expuestos a cerca de 50.000 señales sonoras, un promedio de 79 alarmas por cama al día.
Esta multiplicidad de alarmas en los entornos hospitalarios es causa también de ansiedad entre pacientes y visitantes, pues son asociados con las constantes vitales y la necesidad de una acción médica, generando un cierto grado de angustia. Incluso se observan desórdenes psicológicos (síndrome de Cuidados Intensivos) en pacientes después de su periodo de hospitalización.
¿Por qué no generar una secuencia musical continua, a partir de los datos vitales del paciente, ofreciéndolos de una forma agradable a los profesionales sanitarios, en particular, a los que atienden las UCI?
Esto es lo que hace CareTunes: transforma los datos de los dispositivos de monitorización en fragmentos musicales que podrían también utilizarse como indicadores positivos del estado del paciente. Las variaciones de tono, tempo, silencios e intervalos musicales son los parámetros musicales que codificarán los datos básicos de monitorización relacionados con las constantes fisiológicas del paciente.
Para desarrollar el sistema, los prototipos se basaron en los datos críticos de un paciente durante 48 horas, asignándose diferentes roles instrumentales a sus signos vitales: sonido de un tambor (para la frecuencia cardíaca), acordes de guitarra (para la saturación de oxígeno), y melodías de piano (para la presión arterial). Así pudo desarrollarse una alternativa efectiva a la cacofonía de las alarmas que impera en el entorno de las UCI, mediante fragmentos musicales armónicos que pudieran comunicar la información vital que los profesionales sanitarios requieren.
El Centro Médico de la Universidad Erasmus con sede en Rotterdam (Países Bajos), de reconocido prestigio, colaboró en la implantación de este sistema de sonificación en las UCI. El proyecto se llevó a cabo con un equipo multidisciplinar integrado por músicos, una empresa de equipos médicos, y las opiniones y recomendaciones de los profesionales sanitarios del centro.
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