
02 Sep LA SOLEDAD Y SUS EFECTOS COLATERALES
Hace unos pocos años, cuando me desplazaba con los ferrocarriles catalanes (FGC) para ir y regresar de impartir mis clases en la Facultad, me impactó una campaña publicitaria que se exponía en los andenes. En ella, una persona anciana expresaba que nunca se hubiera imaginado lo cruel que era experimentar la soledad. Creo recordar que la campaña estaba financiada por el Ayuntamiento de Barcelona, con el objetivo de sensibilizar a la juventud y promocionar que se visitara, acompañara e incluso compartiera vivienda con personas de edad avanzada que vivían solas, para mitigar ese sentimiento que les atormentaba.
Recuerdo una conversación con el Dr. Jordi Camí, Director general del Parque de Investigación Biomédica de Barcelona (#PRBB), en la que mencionó que no había nada peor, para una persona con demencia, que ignorarla, dejarla sentada en una silla o sofá, sin interaccionar con ella. En esta situación, la neurodegeneración se dinamiza y solo puede ralentizarse a través de juegos, conversaciones, #musicoterapia, compartir con otras personas,…Las redes neuronales requieren de estímulos para que el proceso neurodegenerativo no siga un ritmo acelerado y pueda tenerse una mejor calidad de vida.
Estudios científicos muestran como la soledad, en edades avanzadas, incrementa el riesgo de depresión y ansiedad (Singh and Misra, 2009). Este sentimiento tiene además un impacto cerebral que ocasiona pérdida de #memoria, de #atención y de #lenguaje (Shankar et al., 2013; Donovan et al., 2017).

Referencias.:
Cristina Solé-Padullés, PhD, Lifebrain Monthly E-Newsletter August 2020: Loneliness and memory change
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